Los contratos inteligentes son algo que, en este momento, aún se considera en la etapa de recién nacido, pero su potencial? Eso es claramente visible.

¿Alguna vez has pensado que hacer un testamento en el futuro podría ser tan fácil como ajustar el volumen? — Simplemente arrastrando algunos deslizadores, se decide cómo se distribuyen los bienes. ¿Suena a ciencia ficción? Pero siempre que la interfaz sea lo suficientemente simple, muchos problemas legales, como modificar un testamento, pueden resolverse fácilmente. Una vez que se cumplen las condiciones, el contrato se ejecuta automáticamente, sin discusión. Mirando a largo plazo, nuestro actual sistema de contratos podría ser completamente reestructurado. ¿El problema de la confianza? Déjaselo al código.

Los escenarios de aplicación son innumerables. En el mercado de valores, se puede establecer un precio de activación para comprar y vender automáticamente sin necesidad de estar mirando la pantalla hasta quedarse ciego. ¿Y en las plataformas de crowdfunding? Los contratos inteligentes rastrean en tiempo real el progreso de la recaudación de fondos, y una vez alcanzado el objetivo, se transfieren automáticamente los fondos al proyecto. Además, cada gasto posterior se registra en la cadena, lo que permite a los inversionistas tener una visión clara. Esta transparencia es mucho mejor que la de las plataformas actuales.

Hablando de la hipoteca, si el proceso de pago se confía a contratos inteligentes, esos molestos cargos adicionales se pueden eliminar directamente, lo que reducirá el costo de comprar una casa. ¿Sabías que cuando el banco te aprueba un préstamo, en realidad no se queda con él durante treinta años? Lo vende de inmediato a instituciones de inversión. Solo actúa como intermediario, recibiendo tus pagos mensuales, dando la mayor parte a los inversionistas y quedándose con una parte para impuestos y seguros. Con esta operación tan simple, el banco puede tardar entre tres y seis meses en procesarlo. ¿Por qué? Porque todo el proceso está hecho de manera manual y con sistemas tradicionales.

Pero los contratos inteligentes son diferentes. Las condiciones están escritas en el código, se ejecutan automáticamente al vencimiento, sin necesidad de aprobación manual ni múltiples firmas. No solo la eficiencia se multiplica por varias veces, sino que también se puede reducir la tasa de error a casi cero. Esto es lo que la tecnología debería hacer: simplificar lo complejo y eliminar los procesos ineficientes.