
El 15 de mayo de 2022 quedó marcado como uno de los días más oscuros en la historia del mercado de criptoactivos. La criptomoneda LUNA de Terra experimentó un colapso catastrófico que comenzó en la segunda semana de mayo de 2022, pero alcanzó su punto crítico el 15 de mayo cuando la moneda perdió un impresionante 99,999% de su valor. En apenas una semana, LUNA pasó de cotizar a 100 dólares a valer menos de 0,002 dólares, dejando un rastro de devastación financiera entre decenas de miles de inversores.
Este evento histórico resultó en pérdidas estimadas superiores a los 7.000 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los mayores colapsos financieros en la historia de las criptomonedas. Los inversores quedaron con bolsas llenas de tokens LUNA completamente sin valor, lo que generó un impacto profundo en la confianza del mercado de criptoactivos.
El colapso de LUNA se debió fundamentalmente a un modelo económico defectuoso e insostenible. El valor de LUNA estaba intrínsecamente vinculado a la moneda estable algorítmica de Terra, conocida como US Terra (UST). El sistema estaba diseñado de tal manera que las fluctuaciones de UST serían manejadas y estabilizadas mediante la liquidez de LUNA.
Sin embargo, este modelo presentaba fallas fundamentales desde su concepción. En retrospectiva, resultó ser un diseño absurdo intentar que una criptomoneda altamente volátil y sin casos de uso concretos pudiera garantizar la estabilidad de una moneda estable. El problema se agravaba por el hecho de que UST carecía de respaldo tangible alguno, dependiendo únicamente de mecanismos algorítmicos y de la confianza del mercado.
Cuando UST perdió el 40% de su valor, se desencadenó una espiral descendente irreversible. LUNA cayó en picada y nunca logró recuperarse de este colapso. Aunque algunos operadores experimentados del mercado bajista pudieron obtener ganancias aprovechando las salvajes fluctuaciones de precio de LUNA (posteriormente renombrada LUNC), la gran mayoría de los inversores sufrió pérdidas devastadoras. Se reportaron casos de inversores que perdieron cientos de miles de dólares y los ahorros de toda su vida en este token digital, generando historias personales de tragedia financiera.
Do Kwon, el fundador coreano del proyecto Terra, protagonizó una saga de fuga y captura que captó la atención internacional. Tras el colapso, Do Kwon huyó y permaneció prófugo durante varios meses, evadiendo las autoridades mientras era buscado intensamente por dos naciones.
Finalmente, fue capturado en el aeropuerto internacional de Montenegro, donde comenzó una batalla legal de extradición. Tanto Corea del Sur como Estados Unidos solicitaron su extradición para que pudiera responder por los crímenes financieros cometidos a través del proyecto Terra. Después de un proceso legal complejo, se determinó que sería extraditado a Corea del Sur, su país natal, donde ha enfrentado consecuencias legales significativas.
Antes de su arresto, Do Kwon intentó desesperadamente salvar la reputación del proyecto lanzando una nueva criptomoneda destinada a compensar a las personas afectadas por el colapso. La nueva moneda también se llamó LUNA, mientras que la original fue renombrada como LUNC. Sin embargo, estos esfuerzos resultaron infructuosos, y ambas criptomonedas permanecen prácticamente sin valor, confirmando que el proyecto estaba condenado al fracaso desde el inicio.
El fiasco de LUNA tuvo repercusiones profundas y duraderas en el mercado de criptomonedas. Este evento puso de manifiesto la extrema fragilidad del mercado de altcoins y expuso las vulnerabilidades inherentes a muchos proyectos de criptomonedas alternativas. Mientras Bitcoin ha demostrado una relativa estabilidad a lo largo del tiempo, el mercado de altcoins ha sido notablemente más volátil, con numerosas monedas experimentando fracasos similares.
Irónicamente, el desastre de LUNA fue eclipsado ese mismo año por un fraude aún mayor: el escándalo de una importante plataforma de intercambio. Los nombres de Do Kwon y otros ejecutivos quedaron permanentemente asociados con la deshonestidad en el mundo de las criptomonedas, siendo considerados entre los casos más notorios en los círculos criptográficos.
Este episodio sirve como una advertencia crucial para los inversores actuales y futuros sobre la importancia de ejercer la debida diligencia y precaución al invertir en empresas de alto riesgo, particularmente en el volátil mercado de altcoins. La historia de LUNA demuestra que incluso proyectos que parecen prometedores y bien establecidos pueden colapsar rápidamente cuando sus fundamentos son defectuosos.
El colapso de Terra (LUNA) hace tres años representa uno de los episodios más aleccionadores en la historia de las criptomonedas. La pérdida del 99,999% de su valor en una sola semana, con consecuencias financieras que alcanzaron los 7.000 millones de dólares, dejó cicatrices profundas en miles de inversores y en el mercado en general.
Este evento evidenció los peligros inherentes a los modelos económicos defectuosos, especialmente aquellos que dependen de monedas estables algorítmicas sin respaldo tangible. La posterior fuga, captura y procesamiento legal de Do Kwon subraya las consecuencias legales que enfrentan los responsables de tales fraudes financieros.
La lección principal que deja el caso de lo que pasó con Terra es la necesidad imperativa de que los inversores realicen investigaciones exhaustivas antes de comprometer sus fondos en proyectos de criptomonedas. La volatilidad extrema del mercado de altcoins, combinada con la falta de regulación adecuada en muchas jurisdicciones, crea un ambiente donde los riesgos pueden ser catastróficos. Este recordatorio histórico debe servir como guía para futuras decisiones de inversión, promoviendo un enfoque más cauteloso y fundamentado en el análisis crítico de los proyectos criptográficos.
Terra fracasó por el colapso del algoritmo de su stablecoin UST y la falta de reservas suficientes. El sistema de dos tokens(LUNA y UST)no pudo mantener la estabilidad bajo presión de mercado,causando un efecto dominó que destruyó ambos activos.
Terra era un protocolo de stablecoins algorítmico basado en Cosmos que mantenía la paridad de sus monedas mediante mecanismos algorítmicos en lugar de reservas de activos. Utilizaba incentivos económicos para estabilizar los precios de sus tokens.
En mayo de 2022,LUNA y la stablecoin TerraUSD colapsaron en tres días,eliminando 45 mil millones de dólares. El mecanismo de estabilidad falló,causando que la red Terra se derrumbara completamente y devastara a millones de inversores en todo el mundo.
Terra fue creada por Do Kwon y Daniel Shin en 2018. Su visión era construir un protocolo de blockchain descentralizado que facilitara pagos globales estables mediante algoritmos de stablecoin innovadores.










