En las interacciones interpersonales, no es necesario dar razones para rechazar a alguien. Recuerda lo que te digo: simplemente no se puede, no hay por qué, y tampoco necesitas explicar. Si decides explicar, lo que digas tendrá contenido, y la otra persona seguramente buscará fallos en tu contenido. Por lo tanto, lo mejor es ser simple: rechaza directamente sin añadir razones. Esto fortalece tu sentido de marco. ¿Qué lógica es esta? Debemos actuar así: siempre responder a lo que se pregunta, no responder a lo que no se pregunta, no profundizar, no decir de más. Te darás cuenta de que quienes hablan de más son fáciles de manipular. ¿Por qué lo digo? Porque no tienen un marco. Si alguien no te ha preguntado nada y tú dices tanto, tu información no tiene valor, es gratuita. Así que hay que entender que rechazar es simplemente rechazar, sin añadir razones. Esta es una habilidad importante para vivir feliz en la vida.