El influencer argentino de criptomonedas Fernando Pérez Algaba apareció muerto tras más de una semana desaparecido. Conmoción total.
Su cuerpo desmembrado dentro de una maleta. Parece sacado de una película de terror. Unos niños la encontraron en Ingeniero Budge, Buenos Aires. Abrieron aquella maleta roja. Lo que vieron los dejó helados.
Los oficiales llegaron. En la maleta: piernas y brazos del empresario. Un brazo flotaba en el río cercano. Luego hallaron la cabeza. Y el resto del cuerpo.
Sobre el asesino, algo curioso. Los cortes eran limpios. Demasiado precisos. La policía cree que quien lo hizo sabía de amputaciones. También le dispararon tres veces antes de desmembrarlo. Esto no fue improvisado.
Algaba tenía 41 años y una vida interesante. Manejaba una empresa de alquiler de coches lujosos en Miami. Hace poco se mudó a Barcelona. Desde los 14 trabajaba en algo. Empezó vendiendo sándwiches. Luego arreglaba y vendía coches.
Y le funcionó. A los 24 ya era empresario con un almacén repleto de lujos. Coches caros. Motos acuáticas. Motocicletas. En Instagram brillaba con más de 900,000 seguidores. Siempre fotos junto a vehículos impresionantes.
No solo rentaba autos caros. También operaba criptomonedas. Su oficina en Buenos Aires tenía 25 empleados. El trading le generó millones, parece.
Sombras sobre su muerte
La plata no le alcanzaba últimamente. Su empresa "Motors Lettuce SRL" andaba mal. Fundada en 2018, pronto tuvo un cheque rebotado. Se acumularon deudas "irrevocables" con el fisco argentino.
Y algo más oscuro. La Barra Bravas le reclamaba $40,000 de un préstamo. Algaba dejó un mensaje inquietante: si algo le pasaba, todos estaban avisados. También había perdido mucho dinero en cripto. Mala racha.
Ya detuvieron a un sospechoso. La investigación sigue abierta.
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[NOTICIA] Empresario de criptomonedas Fernando Pérez Algaba hallado desmembrado en una maleta
El influencer argentino de criptomonedas Fernando Pérez Algaba apareció muerto tras más de una semana desaparecido. Conmoción total.
Su cuerpo desmembrado dentro de una maleta. Parece sacado de una película de terror. Unos niños la encontraron en Ingeniero Budge, Buenos Aires. Abrieron aquella maleta roja. Lo que vieron los dejó helados.
Los oficiales llegaron. En la maleta: piernas y brazos del empresario. Un brazo flotaba en el río cercano. Luego hallaron la cabeza. Y el resto del cuerpo.
Sobre el asesino, algo curioso. Los cortes eran limpios. Demasiado precisos. La policía cree que quien lo hizo sabía de amputaciones. También le dispararon tres veces antes de desmembrarlo. Esto no fue improvisado.
Algaba tenía 41 años y una vida interesante. Manejaba una empresa de alquiler de coches lujosos en Miami. Hace poco se mudó a Barcelona. Desde los 14 trabajaba en algo. Empezó vendiendo sándwiches. Luego arreglaba y vendía coches.
Y le funcionó. A los 24 ya era empresario con un almacén repleto de lujos. Coches caros. Motos acuáticas. Motocicletas. En Instagram brillaba con más de 900,000 seguidores. Siempre fotos junto a vehículos impresionantes.
No solo rentaba autos caros. También operaba criptomonedas. Su oficina en Buenos Aires tenía 25 empleados. El trading le generó millones, parece.
Sombras sobre su muerte
La plata no le alcanzaba últimamente. Su empresa "Motors Lettuce SRL" andaba mal. Fundada en 2018, pronto tuvo un cheque rebotado. Se acumularon deudas "irrevocables" con el fisco argentino.
Y algo más oscuro. La Barra Bravas le reclamaba $40,000 de un préstamo. Algaba dejó un mensaje inquietante: si algo le pasaba, todos estaban avisados. También había perdido mucho dinero en cripto. Mala racha.
Ya detuvieron a un sospechoso. La investigación sigue abierta.