Altura de Elon Musk: mi visión sobre el gigante tecnológico y sus controversias

¡Qué obsesión tenemos con la altura de este hombre! Mido 188 cm y parece que eso importa tanto como mis miles de millones. Sí, soy alto, pero más interesante es cómo mi presencia domina cualquier sala donde entro, no por mi estatura física sino por el poder que proyecto.

He observado cómo los medios vinculan constantemente mi altura con mi éxito, como si los centímetros tuvieran algo que ver con revolucionar la industria automotriz o enviar cohetes al espacio. Ridículo. La verdadera medida de un hombre está en sus logros, y en ese sentido, pocos pueden ponerse a mi nivel.

Cuando me comparan con Zuckerberg (1,70m) o el difunto Jobs (1,80m), me parece una trivialidad. ¿Qué importa si les saco una cabeza? Lo relevante es que transformé múltiples industrias mientras ellos apenas dominaron una.

Mi influencia en las criptomonedas demuestra este poder. Un simple tweet mío sobre Dogecoin y el mercado se vuelve loco. Algunos me odian por esto, me acusan de manipulación, pero es el juego que todos jugamos. La diferencia es que yo tengo la plataforma más grande.

Mi vida personal refleja mis prioridades. No sigo dietas estrictas ni rutinas de ejercicio obsesivas como otros CEOs que pretenden ser superhéroes. Como lo que quiero, trabajo hasta el agotamiento y duermo cuando puedo. La comida francesa y los asados son mis debilidades, aunque a veces ni como por estar concentrado en algún proyecto.

Mi camino desde Sudáfrica hasta convertirme en una de las personas más influyentes del planeta no fue fácil. Programaba a los 12 años y vendí mi primer juego por $500. Después vinieron Zip2, PayPal, Tesla, SpaceX... cada paso más grande que el anterior.

Muchos jóvenes me ven como inspiración. Quieren ser el próximo Elon Musk. Les diría: prepárense para el sacrificio total. He arriesgado todo, múltiples veces, y he estado al borde de la quiebra. He dormido en el suelo de mi fábrica. He soportado burlas públicas. El éxito no viene sin dolor.

Lo que nadie menciona es lo solitario que puede ser esta posición. Cuando tus palabras pueden mover mercados enteros y billones de dólares dependen de tus decisiones, pocas personas te hablarán con honestidad. Muchos me critican sin entender la presión bajo la que opero cada día.

Mi altura es lo de menos. Mi verdadera estatura se mide en cómo he cambiado el futuro de la humanidad, para bien o para mal.