El trágico final de Fernando Pérez Algaba: La oscura realidad tras el influencer cripto

Detrás de los Lamborghinis y los relojes de lujo, se escondía una vida llena de deudas y peligrosas conexiones. Me impresiona cómo todos esos videos presumiendo riquezas terminaron en un desenlace tan macabro.

Fernando aparentaba ser un rey del mundo cripto, pero en realidad estaba ahogado en deudas. Sus inversiones arriesgadas en monedas digitales se fueron a la mierda, como les pasa a tantos que se creen más listos que el mercado.

Lo que más me cabrea de todo esto es cómo estos "influencers" venden un estilo de vida imposible mientras por detrás están pidiendo dinero prestado a quien no deberían. Pérez Algaba cometió el peor error posible: meterse con La Barra Brava argentina. ¡Vamos! ¿A quién se le ocurre endeudarse con ultras violentos del fútbol? Es como jugar a la ruleta rusa, pero con todas las balas cargadas.

Recibió mensajes amenazándolo con cortarle las manos y sacarle los ojos días antes de aparecer descuartizado en una maleta. Y claro, las autoridades fiscales también lo perseguían. Era un castillo de naipes esperando derrumbarse.

Su historia me recuerda lo jodidamente peligroso que es este mundillo cuando te dejas llevar por la codicia. Mientras publicaba fotos de coches de lujo, por detrás seguramente no podía ni dormir pensando en quiénes venían a cobrarle.

Al final, su falsa fachada de éxito, las inversiones arriesgadas y las deudas con gente peligrosa lo llevaron a ese horrible final en Buenos Aires. Otro cadáver más en el sangriento historial de las finanzas oscuras del cripto.