Mi experiencia minando criptomonedas desde casa: lo que nadie te cuenta

Las criptos son dinero digital que usa criptografía para proteger transacciones, sin que ningún gobierno o banco meta sus narices. Yo llevo años minando, y créanme, no es el paraíso que muchos influencers venden.

Minar es básicamente prestar tu poder de cómputo para validar operaciones y recibir monedas a cambio. Suena fácil, ¿no? Pues déjenme contarles la realidad desde mi sótano convertido en sauna tecnológico.

Necesitas:

• Una compu potente (y cara) con buena GPU
• Software de minería que te chupará recursos
• Una wallet donde guardar lo que ganes... si es que ganas algo

El proceso es simple pero frustrante: tu máquina recibe transacciones, intenta resolver problemas matemáticos imposibles, y si tienes suerte, te lanzan unas migajas de criptomoneda. Mientras tanto, tu factura de electricidad se dispara y tus vecinos se preguntan por qué hay apagones en el barrio.

¿Y qué puedes minar realmente desde casa? Olvídate del Bitcoin, ese tren ya pasó hace años. Los grandes peces tienen granjas enteras en países con electricidad barata. Nosotros, los mortales, nos conformamos con:

• Ravencoin (por si algún día vale algo)
• Monero (relativamente accesible)
• Dogecoin (sí, el meme... patético pero posible)
• Litecoin (el eterno segundón)

He probado varios programas y, sinceramente, todos tienen sus fallos. El CGMiner se cuelga, GMiner sobrecalienta mi tarjeta, y los otros son una pesadilla para configurar. Nadie habla de esto en los tutoriales brillantes de YouTube.

Una vez intenté minar Ravencoin con una GTX 1660. Pasé tres horas configurando todo para que funcionara. Cuando por fin empezó a minar, mi habitación se convirtió en un horno y la tarjeta hacía tanto ruido que parecía un avión despegando. ¿Mi ganancia después de una semana? Apenas suficiente para un café.

Y ojo con los riesgos:

• Las criptomonedas suben y bajan como montaña rusa
• La dificultad aumenta constantemente (gracias a los mineros profesionales)
• Tu factura eléctrica te hará llorar

¿Quieren saber la verdad? La mayoría de los mineros caseros perdemos dinero. Solo aquellos que entraron temprano o tienen acceso a electricidad casi gratuita realmente ganan. El resto fingimos que es una "inversión" mientras nuestras parejas se quejan del calor y el ruido.

Si aún quieres intentarlo, adelante. Pero no digas que no te avisé cuando estés vendiendo tu tarjeta gráfica en el mercado de segunda mano para recuperar algo de lo invertido.