Mira, voy a contarte algo que me tiene bastante sorprendido. ASAP Rocky, ese chico de Harlem que todos creíamos que nadaba en millones, apenas tiene un patrimonio de 20 millones de dólares en 2024. ¿Solo 20 millones? Sí, has leído bien. Para alguien con tanto estilo y presencia en la industria, esperaba cifras mucho más abultadas.
Desde que estalló en 2011 con "Live. Love. ASAP", me he preguntado cuánto realmente genera este tipo. Con todo su rollo de moda, música y negocios, uno pensaría que tiene muchísimo más. ¡Es la pareja de Rihanna, por Dios santo! Y ella tiene 1.400 millones. La diferencia es casi humillante.
Rakim Mayers -su nombre real- viene de un entorno difícil. Perdió a su padre y a su hermano en circunstancias trágicas. Esto lo forjó, sin duda, pero también me hace cuestionar si realmente ha sabido capitalizar todo su potencial. Sí, firmó un contrato de 3 millones con RCA Records, pero comparado con otros raperos contemporáneos, sus ingresos parecen modestos.
Sus álbumes han sido exitosos, pero ¿realmente le generan tanto? Las plataformas de streaming pagan una miseria por reproducción. Necesitas miles de millones de reproducciones para hacer fortuna, y aunque Rocky tiene números respetables, no son estratosféricos.
Sus conciertos son otra historia. Ahí sí saca buena pasta. Llena estadios con sus shows energéticos y vende mercancía como pan caliente. Pero después de la pandemia, el negocio de los conciertos no ha sido el mismo para muchos artistas.
Lo que sí me parece inteligente es su agencia AWGE. La fundó en 2015 y ahora vale millones. Es un colectivo de artistas y creativos que producen contenido innovador. Aquí Rocky muestra su visión empresarial, aunque seguramente podría haber sacado más provecho.
En cuanto a bienes raíces, tiene propiedades en Nueva York, Los Ángeles y París. Vale, no está mal, pero tampoco es impresionante para alguien de su nivel. Su portafolio inmobiliario está valorado en unos 20 millones. Considerando el mercado actual, esperaría más inversiones en este sector.
Sus colaboraciones con marcas como Calvin Klein o Mercedes-Benz son lucrativas, pero me pregunto si realmente sabe negociar bien estos contratos. Otros artistas con menos proyección consiguen acuerdos más suculentos.
Y luego está su incursión en el cine. Hizo su debut en "Dope" en 2015 y ha aparecido en algunas producciones más, pero claramente el séptimo arte no es su prioridad. Podría explotar mucho más este filón si quisiera.
¿Filantropía? Sí, dona a causas relacionadas con educación y justicia social, especialmente en Harlem. Esto es loable, pero también es estrategia de imagen. Desde su arresto en Suecia en 2019, ha intentado posicionarse como activista. No digo que sea falso, pero tampoco es ajeno a los beneficios de marketing que esto conlleva.
En definitiva, 20 millones es mucho dinero para el ciudadano medio, pero en el contexto de las celebridades de su nivel, es sorprendentemente poco. Quizás Rocky prefiere centrarse en el arte y no tanto en acumular riqueza, o tal vez sus asesores financieros no son los mejores. Sea como sea, el contraste con Rihanna no deja de ser llamativo.
Su influencia cultural es innegable, pero su cuenta bancaria no refleja el impacto que ha tenido en la moda y la música. Ya veremos si en el futuro logra traducir mejor su relevancia cultural en dinero contante y sonante.
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El patrimonio de ASAP Rocky en 2024: ¿Un imperio de solo 20 millones?
Mira, voy a contarte algo que me tiene bastante sorprendido. ASAP Rocky, ese chico de Harlem que todos creíamos que nadaba en millones, apenas tiene un patrimonio de 20 millones de dólares en 2024. ¿Solo 20 millones? Sí, has leído bien. Para alguien con tanto estilo y presencia en la industria, esperaba cifras mucho más abultadas.
Desde que estalló en 2011 con "Live. Love. ASAP", me he preguntado cuánto realmente genera este tipo. Con todo su rollo de moda, música y negocios, uno pensaría que tiene muchísimo más. ¡Es la pareja de Rihanna, por Dios santo! Y ella tiene 1.400 millones. La diferencia es casi humillante.
Rakim Mayers -su nombre real- viene de un entorno difícil. Perdió a su padre y a su hermano en circunstancias trágicas. Esto lo forjó, sin duda, pero también me hace cuestionar si realmente ha sabido capitalizar todo su potencial. Sí, firmó un contrato de 3 millones con RCA Records, pero comparado con otros raperos contemporáneos, sus ingresos parecen modestos.
Sus álbumes han sido exitosos, pero ¿realmente le generan tanto? Las plataformas de streaming pagan una miseria por reproducción. Necesitas miles de millones de reproducciones para hacer fortuna, y aunque Rocky tiene números respetables, no son estratosféricos.
Sus conciertos son otra historia. Ahí sí saca buena pasta. Llena estadios con sus shows energéticos y vende mercancía como pan caliente. Pero después de la pandemia, el negocio de los conciertos no ha sido el mismo para muchos artistas.
Lo que sí me parece inteligente es su agencia AWGE. La fundó en 2015 y ahora vale millones. Es un colectivo de artistas y creativos que producen contenido innovador. Aquí Rocky muestra su visión empresarial, aunque seguramente podría haber sacado más provecho.
En cuanto a bienes raíces, tiene propiedades en Nueva York, Los Ángeles y París. Vale, no está mal, pero tampoco es impresionante para alguien de su nivel. Su portafolio inmobiliario está valorado en unos 20 millones. Considerando el mercado actual, esperaría más inversiones en este sector.
Sus colaboraciones con marcas como Calvin Klein o Mercedes-Benz son lucrativas, pero me pregunto si realmente sabe negociar bien estos contratos. Otros artistas con menos proyección consiguen acuerdos más suculentos.
Y luego está su incursión en el cine. Hizo su debut en "Dope" en 2015 y ha aparecido en algunas producciones más, pero claramente el séptimo arte no es su prioridad. Podría explotar mucho más este filón si quisiera.
¿Filantropía? Sí, dona a causas relacionadas con educación y justicia social, especialmente en Harlem. Esto es loable, pero también es estrategia de imagen. Desde su arresto en Suecia en 2019, ha intentado posicionarse como activista. No digo que sea falso, pero tampoco es ajeno a los beneficios de marketing que esto conlleva.
En definitiva, 20 millones es mucho dinero para el ciudadano medio, pero en el contexto de las celebridades de su nivel, es sorprendentemente poco. Quizás Rocky prefiere centrarse en el arte y no tanto en acumular riqueza, o tal vez sus asesores financieros no son los mejores. Sea como sea, el contraste con Rihanna no deja de ser llamativo.
Su influencia cultural es innegable, pero su cuenta bancaria no refleja el impacto que ha tenido en la moda y la música. Ya veremos si en el futuro logra traducir mejor su relevancia cultural en dinero contante y sonante.