APR y APY? Al final, ¿cuál es la diferencia entre ellos? 😤

Casi todos los días me encuentro con estos términos financieros APR y APY, ¡pero pocos explican bien la diferencia! Voy a desvelar eso ahora porque estoy cansado de ver bancos y plataformas usando estos términos para confundirnos.

APR (Tasa Percentual Anual) - La Media Verdad

APR es esa tasa que los bancos adoran mostrar cuando quieren prestarnos dinero. Es básicamente cuánto vamos a pagar de intereses durante un año, calculado solo sobre el valor principal.

¿El problema? ¡Esconde el efecto de los intereses compuestos! Es como esa persona que solo cuenta la mitad de la historia. Veo esto directamente en:

• Tarjetas de crédito ( donde los intereses son ABSURDOS )
• Préstamos personales
• Financiamientos inmobiliarios

APY (Rendimiento Porcentual Anual) - La Historia Completa

Ya el APY es lo que realmente importa cuando queremos saber cuánto va a rendir nuestro dinero - o cuánto vamos a sufrir de verdad con una deuda! Muestra el efecto brutal de los intereses compuestos cuando se calculan varias veces al año.

¿Sabes ese dinero parado en la cuenta de ahorros? Es con el APY que sabemos cuánto realmente va a rendir (spoiler: casi nada en los bancos tradicionales).

Dónde aparece el APY:

• Cuentas bancarias
• Inversiones diversas
• Staking de criptomonedas (que generalmente rinde MUCHO más que bancos convencionales)

La Verdadera Diferencia 🔥

¡La diferencia está en los intereses compuestos! Piensa así: una tarjeta con un 15% de APR puede costar MUCHO más si los intereses se componen diariamente o mensualmente.

Un ejemplo práctico: si dejas 1000 reales generando un 5% de APR simple, al final del año tendrás 1050. ¡Pero con un 5% de APY compuesto diariamente, tendrás más!

Los bancos adoran hablar de APR cuando están prestando ( parece más bajo ) y de APY cuando están captando su dinero ( parece más alto ). ¡Clásico truco de marketing!

En la vida real, siempre mira el APY cuando vayas a invertir y también cuando vayas a pedir préstamos - muestra la dura realidad. ¡No te dejes engañar por los números maquillados que las instituciones financieras muestran por ahí!