Imagina esto: el Congreso reparte 2000 dólares por persona como "reembolsos por aranceles", pero solo a aquellos que no están ya nadando en dinero. Suena generoso, ¿verdad? Aquí está lo interesante. ¿Esos pagos? Van a superar cualquier ingreso que realmente generen los aranceles.

Entonces, ¿qué pasa después? La gente se queda con ese dinero extra y... sigue comprando importaciones. Sí, incluso con los aranceles que aumentan los precios. Más gasto. Más importaciones. Mayor déficit comercial.

Lo cual es gracioso, porque ¿no era el objetivo principal de poner aranceles reducir ese déficit en primer lugar? Ahora tienes una política que literalmente alimenta el problema que se supone que debe solucionar. Ironía económica clásica.