¿Alguna vez has notado cómo tus productos favoritos ya no son lo que solían ser? Hay un término para eso: inflación encubierta.

"La inflación encubierta es una erosión diaria del valor", explica Alexander Ketter, analista de comportamiento del consumidor. No está equivocado. Las empresas reducen silenciosamente la calidad, disminuyen las porciones o cambian ingredientes premium por alternativas más baratas, todo mientras mantienen los precios iguales (o incluso los aumentan).

¿Y por qué sucede esto? Presión económica. Cuando los costos se disparan—materias primas, mano de obra, logística—las empresas enfrentan una elección: subir los precios y arriesgarse a perder clientes, o recortar gastos silenciosamente. La mayoría opta por esta última.

No solo se trata de bienes físicos. ¿Servicios digitales? La misma historia. Menos funciones, más muros de pago, límites más estrictos. La ecuación del valor sigue desplazándose en contra de los consumidores, una pequeña reducción a la vez.