La pista L2 ahora es como una carrera colectiva: todos están corriendo a toda velocidad, temiendo quedarse atrás y ser eliminados en un segundo. La cadena gira cada vez más rápido, y el ruido se vuelve cada vez más confuso.

Sin embargo, la forma de jugar de Espresso está completamente en otro canal. No compite contigo en puntuaciones de TPS, ni juega con trucos de marketing, sino que se asemeja más a un loco de la infraestructura: une los rollups dispersos como si fueran piezas de un rompecabezas para construir una verdadera autopista que pueda comunicarse.

La verdad es que este tipo de clasificador que no se enrolla es bastante raro.